Madre no hay sino una y su importancia en la crianza es innegable. Sin
embargo, poco se dice del padre y no se tiene en cuenta que su labor en
el crecimiento del niño también es fundamental, a tal punto de que su
ausencia puede desencadenar problemas en su desarrollo y conducta.
La figura paterna es preponderante. El papá da un código que sirve de
brújula y se encarga de regular la parte moral, establecer límites y
normas y fijar patrones de conducta social.
El padre también juega un papel significativo en la parte emocional.
“Los hombres modernos participan mucho más en la crianza de los hijos y
ahora también cambian pañales, lavan ropa, dan de comer, etc. Antes,
solo eran considerados como la parte racional y los encargados de
soportar económicamente el hogar”, afirma Christian Muñoz Farías, médico
psiquiatra infantil.
Los niños que cuentan con un papá activamente involucrado en su
crianza suelen desenvolverse mejor en la vida que aquellos que no
tuvieron una figura paterna durante su desarrollo infantil.
Según Muñoz, los niños que crecen sin una figura paterna,
generalmente evidencian trastornos en la adolescencia porque no
encuentran una identidad.
“Los jóvenes sufren de inseguridad, soledad y depresión, que pueden
plasmarse en el fracaso escolar, consumo de drogas y vagancia. En
definitiva, no tienen la capacidad para controlar sus impulsos y no
pueden autorregularse”, opina el psiquiatra infantil.
Sin embargo, no es una regla que los niños sin padre van a generar
problemas emocionales. “Tienen mayores riesgos, pero no es
determinante”, afirma Muñoz.
Terapias para padres e hijos
Cuando se presentan trastornos, lo importante es que los niños
reciban una evaluación por parte de un profesional en salud mental, que
evalúe cuál es el comportamiento y detecte posibles situaciones de
riesgo. Así, se puede implementar un tratamiento para minimizar el
impacto sicológico.
La forma de tratar a esos papás ausentes es involucrarlos en la
figura paterna y confrontarlos con su función, mostrándoles las
responsabilidades y compromisos. De esta forma, los padres entienden que
juegan un papel muy importante porque se constituyen en modelo de
identificación para sus hijos.
Cuando aparece un nuevo papá
Un inconveniente que afronta el niño cuando ha tenido la ausencia de
su papá es la aparición de una nueva pareja de la madre, pues puede
crear unos celos hacia esa persona; sobre todo en los casos en que los
padres se han separado.
Según la sicóloga infantil Cecilia Zuleta, “es adecuado darle un
tiempo de adaptación al niño y entender su posible inconformidad.
Además, es importante que la madre tenga la certeza de que esa pareja va
a ser estable para evitar constantes cambios de la figura masculina,
porque eso le podría dar desconfianza al pequeño”.
Cuando la mamá ya tiene una relación permanente y duradera, es ideal
involucrar al niño para que empiece a sentir la presencia de una figura
paterna.
Fuente :
Juan David Cárdenas
Redactor ABC del Bebé